martes, 29 de enero de 2013

Hoy me niego a torear.

Hacer recuerdo de tu vida, de lo que ha pasado, de lo que está pasando, y ver que nada va a cambiar. No poder plantearte un futuro mejor. Saber que tienes que coger al toro por los cuernos, pero sin ver ningún cuerno al que aferrarte para salir de esa envestida que te da el toro una y otra vez, saber que solo vas a poder cogerlo por los cuernos cuando tengas uno dentro del estomago. Me aferro a cerrar los ojos y hacer que todo va bien, todo el mundo que me ve piensa que soy la persona más feliz del mundo, que no me importa lo que me digan. Incluso hay días que realmente me creo que es verdad. Pero en uno de esos momentos en los que creo que soy feliz, abro los ojos y me encuentro que todo sigue igual, que el toro sigue ahí y que yo sigo sin mi capote aunque sea para despistarlo. Estoy sola, mirándolo cara a cara, esperando a que por fín consiga lo que quiere, esperando a que me alcance y me destroce del todo. Pero no. No se coger cuernos, pero se aferrarme a un clavo ardiendo con tal de seguir luchando contra nada, de seguir indignada con mi mundo. Quiero tener a alguien a quien echarle la culpa de todo. Pero estoy sola. El publico grita a mi alrededor queriendo que esta corrida termine, no se lo que gritan, solo creo que quieren verme caer, y por ahora no estoy dispuesta, volveré a cerrar los ojos y me imaginaré tranquila en mi cama, como hago siempre. Algún día estaré preparada y podré abrir lo ojos y tendré un capote, tendré una espada, y tendré mi traje de luces para deslumbrar a todos aquellos que gritaban para que el toro pudiese conmigo. Algún día entraré a matar y saldré por la puerta grande.

Ese día no es hoy. Hoy tengo los ojos cerrados escuchando los gritos y la respiración del animal. Hoy me caen dos lagrimas que mojan la arena. Hoy me limito a quedarme quieta. Hoy solo soy capaz de notar las pequeñas heridas que sangran y recordar aquellas de las que aun queda la cicatriz. Hoy colmo mis defectos. Hoy me odio por dejar que juegen conmigo. Pero sobre todo hoy entre lagrimas y sangre tengo claro que puedo salir del ruedo con las dos orejas y el rabo.



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