Mientras mis labios y los suyos se
comunican sin necesidad de hablar, se mueven buscando en cada
movimiento un poquito más. Siento como su mano recorre mi cuerpo
desnudo, noto como baja desde mi mejilla hasta mi cuello y como sigue
bajando y llega a mi pecho, donde dulcemente me acaricia y me
pellizca con picardia. Sigue bajando y pone su mano debajo de mi
espalda para acercarme aun más a él, siento su cuerpo ardiendo y
cierro los ojos para embriagarme de ese calor. Su mano sigue su
recorrido por mi cuerpo, y tras pasar como una suave brisa por mi
vientre llega hasta aquel lugar en el que nunca nadie ha estado.
Comienza a mover sus dedos de una forma tierna y delicada para
hacerme sentir lo dulce que puede ser el placer. Yo, sumisa, me dejo
llevar notando como mi cuerpo responde a sus caricias acelerando mi
respiración y haciéndola más sonora. Veo en sus ojos como él se
deleita al verme disfrutar y saberse el artífice de ese gozo. Sus
caricias se vuelven más decididas y contundentes, sabe como hacerme
sentir que mi cuerpo podría fundirse de un momento a otro. Una suave
palmadita y no puedo evitar que mi respiración acelerada se
convierta en un gemido de placer, ni que mi espalda se arqueé cuando
un escalofrío la recorre. Cierro los ojos dejando en mi mente la
imagen fija de su rostro mirándome como si nunca hubiese visto nada
tan bello y excitante al mismo tiempo. Dejo caer mi cabeza hacia
atrás intentando expandir mi cuerpo para que esa sensación
deliciosa sea lo más grande posible, incluso me gustaría que
saliese de mi cuerpo e impregnara de fruición a todo el que hubiera
a mi alrededor. Él entiende mis movimientos como una invitación a
acariciar y besar todo mi cuerpo, y yo esclava de mi deseo lo dejo
hacer, me abandono a su voluntad por un momento que me gustaría que
durase siempre. Mientras en el centro de mi placer ahora sus manos
son más rápidas pero precisas. Ahora mi cuerpo bombea como a punto
de explotar, mi corazón late más fuerte que nunca y mi respiración
se agolpa sin saber muy bien cuando debo inspirar y cuando espirar.
Mis labios buscan los suyos al mismo tiempo que son incapaces de
besar porque solo tienen energía para gemir. Cada vez la
satisfacción de mi cuerpo es más grande, cada segundo el placer es
más intenso y... de repente he sentido como un big bang dentro de mi
ser se expandía y recorría cada recoveco de mi cuerpo físico y de
mi alma. Dejo de respirar, mi corazón deja de latir, y solo puedo
mirarlo y sonreír al ver que su perfectos labios se curvan en una
sonrisa de satisfacción y regocijo antes de acercarse a los míos y
besarme.
Creo que co poco leído ya he advertido lo de +18 :P
ResponderEliminarbesitos<3