Me despierto
algo desconcertada viendo como Daniela se pasea por la habitación
vistiéndose igual que hace Liss... ¿Liss? ¿Y Manu?. Empiezo a
despejarme así que ya recuerdo porqué Liss está aquí, y recuerdo
lo que nos contaron sobre Manu el bosque y el chico asiático, la
verdad es que es una historia rara, creo que debería hablar con ella
para saber lo que pasó de primera mano, pero no está aquí.
Estoy
anudando la corbata de Daniela cuando suena una llave en la puerta y
se abre, es Manu. Entra con el pelo algo deshecho y con cara de no
haber dormido en toda la noche, la verdad es que no me había creído
mucho la historia hasta este momento. No sabemos qué decir, así que
nos quedamos calladas mirándola para ver qué hace o qué dice.
-Buenos
días señoritas. -Sonríe como si nada hubiese pasado. -Al final te
quedaste aquí, supongo que has dormido en mi cama. A no ser que
quieras dormir conmigo creo, que deberíamos pedir que pongan otra
cama. -Lo dice risueña sin esperar a que nadie le conteste
realmente.
-Bueno,
pensamos que a lo mejor te habías cambiado de cuarto tú al de...
¿cómo se llama? -Suelta Daniela de repente, no me esperaba que lo
fuese a soltar así de sopetón, y no tenía ni idea de cómo iba a
reaccionar Manu.
-Supongo
que te refieres a Hyunsu ¿Cómo sabes eso? -Nos mira también a Liss
y a mi para comprobar si nosotras sabemos de qué está hablado, y
tras comprobar que sí cambia la pregunta -¿Cómo lo sabéis?
-Por ti no.
-Añado yo fulminándola con la mirada aunque no lo pretendía.
-Tampoco me
habíais preguntado. -Responde quitándose la falda y desabrochándose
la camisa que están algo sucias de tierra.
-Eso no se
pregunta, las amigas se cuentan esas cosas sin preguntar.
-Vale, la
próxima vez te dejo una nota ¿contenta? -Se va en ropa interior
arrastrando la toalla hacia el baño.
-Me da
igual lo que hagas, por mi como si te quieres ir con todos los del
instituto, me da igual. Pero ayer estábamos preocupadas por ti y tu
por ahí con Hyunnosequé.
-No te he
pedido que te preocupes por mi. -Dice desde el baño mientras el agua
que cae tapa algo su voz que no tiene nada que ver con sus palabras,
tiene una voz alegre y contenta. No entiendo nada.
-No me
esperaba que fueses así. -Le digo con el tono más calmado del que
soy capaz. -Pensaba que eras más...
-Amargada.
Sí soy una amargada. ¿Te molesta que por un día no sea la idiota
que creíais que era? -No contesto, y Daniela y Liss tampoco lo
hacen. No nos molesta, pero no nos lo esperábamos -Me lo imaginaba.
-Sale del baño con el pelo empapado cayéndole sobre los hombros y
va directa a su armario para ponerse un uniforme limpio.
Nos vamos
sin decir nada más, Manu se queda vistiéndose sin prestarnos
atención. Hablamos un poco sobre la nueva Manu, pero cambiamos
rápidamente de tema cuando vemos a Sandra y a Marta que aunque no
nos miren sabemos que saben que estamos aquí, y no tenemos ni la
menor idea de que hacer con ellas, ya que la que se enfrentó fue
Manu y ahora no se si podremos contar con ella.
Dejo a
Daniela y Liss en su clase, y yo sigo hacia la planta de abajo para
dar historia del arte. Cuando llego encuentro a Martina hablando con
Chloris y Garin, me acerco a ellos.
-Buenos
días Elena. -Me saluda Chloris con una voz suave e intensa, una voz
que por mucho que la escuche no me acostumbro.
-Hola.
-Contesto yo escuetamente porque no se me ocurre que más podría
decir.
-Ya nos
hemos enterado del lío con Sandrita, lo estábamos hablando con
Martina. Vosotras no os preocupéis, es lista y ahora no le conviene
meterse en ningún follón en el instituto. -Nos dice Garin, que
igual que su hermana también tiene una voz embriagadora.
-Hablas
como si solo existiera Sandra. -Comenta Martina algo desconcertada.
-Es que
Marta solo hace lo que le dice Sandra, así que no cuenta. -Responde
algo altivo Garin.
Entramos a
clase y le cuento rápidamente a Martina lo ocurrido esta mañana con
Manu y al igual que yo, no se esperaba que nada de esto pasase con
Manu, le parece que es raro. Pero tal y como es Martina, cinco
minutos después de estar preocupada por lo acontecido, ahora ya
tiene otra cosa en la cabeza.
Pasa la
hora sin pena ni gloria viendo diapositivas mientras el profesor al
que le entusiasma su asignatura nos comenta todos y cada uno de los
detalles que parece solo ver él en las imágenes. La verdad es que
lo único entretenido de la hora es hablar con Chloris, aunque
estemos hablando de arte y de más cosas aburridas, no me aburro para
nada, ella habla de cada lugar como si hubiese estado en él y
tuviese una historia que contar, y yo quiero que me las cuente.
-Egipto te
gustaría, es impresionante, las calles, la gente, las pirámides por
supuesto y sería mucho más impresionante si tu estuvieras allí.
-Tras decir esto que me deja anonadada sin saber cómo reaccionar y
mirarme intensamente por un instante que me pareció eterno, mira
hacia otro lado con una sonrisa de satisfacción que tampoco se cómo
tomármela.
Ya es la
hora de comer cuando me doy cuenta de que no he dejado de pensar en
Chloris y en lo que me ha dicho en todo el día, y ya casi han pasado
cinco horas desde entonces. Estamos todas sentadas en la mesa
preparadas para comer.
-¿Dónde
está Manu? -Es la primera frase completa que escucho desde que
estamos aquí sentadas comiendo, no entiendo por qué no puedo dejar
de pensar en esta mañana.
-No lo sé,
no la he visto en todo el día, y eso que hemos tenido clase juntas,
pero no ha ido. -Comenta Liss que en el fondo si que se ha
preocupado, lo cual es entendible si tenemos en cuenta que gracias a
Manu, Sandra y Marta nos van a dejar en paz, por lo menos en un
tiempo.
-Seguramente
estará con Hyunsu por el bosque. -Suelto casi sin querer y con un
tono más agresivo de lo que es normal en mi.
-Pues creo
que no, Hyunsu está ahí con sus amigos o quienes sean esos. -Nos
volvemos hacia dónde Melinda ha visto al novio de Manu. A su
alrededor vemos a una chica medio pelirroja con el pelo cortito que
no deja de reír y hablar con todo el mundo, se llama Lourdes y
coincido con ella en mis asignaturas específicas, pero nunca hemos
hablado. También había otro chico al que no conocíamos nada más
que de vista, ya que era más pequeño que nosotras. Para nuestra
sorpresa en el grupo también estaban Leo y la chica del bosque
sentada en su regazo. Miro de soslayo a Liss y veo que no le ha
sentado muy bien esa escena. Al grupo se unieron los mellizos
alemanes, con otra chica a la que no había visto antes y a la que no
me gustaría encontrarme sola, su piel blanquecina y el pelo negro le
daba un aspecto de fantasma de películas de miedo. Había más
chicos en ese grupo, pero no reconocimos a muchos más. Es un grupo
bastante grande y extraño, pero no le prestamos atención, ya que
estábamos buscando a Manu, que aunque se hubiera comportado como una
“cerda”, la verdad es que todo era tan raro que estamos
preocupadas.
-A lo mejor
la han cogido Sandra y Marta por banda y... -Adriana no sabía cómo
terminar la frase, porque después de lo de ayer ninguna pensábamos
que se atreviesen a acercarse a ella, pero con Sandra y Marta nunca
se sabe.
-Tampoco,
están allí, y ni siquiera parece que tengan cara de tener nada
planeado. Más bien tienen cara de sueño. -Volvió ha ubicar a las
sospechosas Melinda, claro que desde su altura puede encontrar a más
gente que nosotras.
-No habrán
podido dormir pensando en que Manu les pegaba una paliza mientras
dormían.
Nos reímos
de algunas bromas que se nos ocurren sobre el por qué de las caras
de Sandra y Marta, pero en el fondo todas seguimos pensando en lo
mismo.
Terminamos
el almuerzo y yo decido ir a mi cuarto a cambiarme de ropa, el
uniforme no es muy bonito de por si, pero si además se une que
Daniela me ha tirado la sopa encima, pues ya no solo no voy bonita,
si no que ahora parezco una puerca. Escucho un silbido detrás de mí,
no creo que nadie me silbe así con las pintas que llevo, por lo que
sigo andando sin mirar atrás. Como lo vuelvo a oír decido volverme
para ver a quién no le dejan se silbar, pero me sorprende que los
silbidos salían de los labios de Chloris, allí estaba ella, con el
pelo largo y rubio callendole a cada lado de la cara. Ahora que tengo
en mente el uniforme me doy cuenta de que puesto en ella si que
parece un uniforme precioso. Me sonríe y se acerca andando con el
estilo de una modelo, o el de un hada que desprende luz por todas
partes. Cuando está a mi altura me mira de arriba a abajo como suele
hacer, y no pone cara de asco al ver mi estropicio en el uniforme, si
no que me mira a los ojos y sonríe. Como veo que no dice nada, que
solo se dedica a mirarme decido romper yo el hielo:
-Daniela no
es muy ágil a la hora de moverse, y este es el resultado.
-Me cae
bien Daniela.
-¿La
conoces?
-No, pero
si hace que la ropa se te pegue al cuerpo de una forma tan sexy,
seguro que me cae bien. -Después de aquellas palabras Chloris de
acerca y me huele. -Mmm, no me suele gustar la sopa, pero creo que si
me la ponen en un plato como tu, me la comería. -Sonríe y se va.
No entiendo
muy bien el rollo que tiene la alemana, pero sin querer, en el fondo
me gusta, y eso no puede ser, tengo novio en casa y además es una
chica. Definitivamente no me gusta esto, pero... no quiero que pare.
Sigo mi
camino hacia mi habitación pensando en Chloris, estoy tan abstraída
en mi mente que entro en la habitación y me desabrocho la camisa
sin darme cuenta de que no estoy sola. Es al entrar al baño cuando
escucho un ruido en la bañera, el corazón me va a mil tengo ganas
de salir corriendo, pero sin ser consciente de lo que hago cojo la
cortina de la bañera y la muevo lentamente hasta que puedo ver lo
que hay dentro, intento ahogar un grito, pero no puedo.
Hola guapa!
ResponderEliminarMe tengo que poner al día con tu historia, que estos meses he andado un poco liada y no he podido =(
Te aviso por si te interesa que hay un concurso activo en mi blog =)
Muchos besitos!! =D